¿Por qué las personas necesitan sensibilización en seguridad y salud?

La mayoría de las empresas han invertido muchos recursos en formar en materia de SST a las personas, muchas dando cumplimiento al artículo 19 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales. Sin embargo, este esfuerzo no siempre se refleja en los resultados de siniestralidad. Es en este punto, donde las organizaciones se plantean la necesidad de sensibilizar a las personas.

MI compañero Martín Silva en su post Desarrollar la inteligencia del riesgo o cumplir consignas de seguridad introducía el concepto de inteligencia del riesgo. En este post, voy a desarrollar este concepto.

¿Informamos o formamos? 

En mi opinión, no ayuda a diferenciar la formación en SST  de la información sobre SST, cuando en los documentos técnicos, legales o al conversar, se emplea como expresión “formación e información”.

En mi trabajo he conocido diferentes tipos de empresas. Al analizar su gestión, me he encontrado con algunas organizaciones que más que formar a sus trabajadores, lo que están haciendo es informar a las personas sobre los riesgos y las medidas preventivas a aplicar. Para mí, informar no es formar; transmitir unos datos (informar) no es lo mismo que la adquisición de conocimientos (aprendizaje) para su posterior aplicación práctica.

En otras ocasiones me he encontrado con organizaciones donde la formación no resultaba adecuada, bien por contenidos o por la forma de impartición. En estos casos, el aprendizaje no se producía de forma que lo que inicialmente se había concebido como una  formación tenía como resultado una simple información.

En otros casos, he colaborado con empresas donde las formaciones respondían a unos contenidos teórico-prácticos, que se complementaban con experiencias reales en tareas reales, donde la mayor parte del aprendizaje se daba en esta fase.

Los investigadores y consultores, vemos claramente que el tándem formación-aprendizaje, además de una palanca que favorece la cultura preventiva, es un elemento necesario pero no suficiente para reducir los daños para la salud de las personas durante el trabajo.

Inteligencia de riesgo

Malcom Gladwell (1) sugiere que para que una persona tenga éxito se necesita, al menos, dos cosas. Por un lado, necesita ser “suficientemente inteligente” pero además de esto, Gladwell, señala que es necesario disponer de una “inteligencia práctica”. Algunos investigadores a la “inteligencia práctica” le llaman inteligencia social e implica habilidades tales como saber qué decir y a quien, saber cuándo decirlo y saber cómo decirlo para obtener el mejor resultado.

Si trasladamos estos conceptos a la SST, podemos construir ciertos paralelismos.

• Ser “suficientemente inteligente” implicaría conocer y comprender aspectos fundamentales sobre la SST en el trabajo: conocer los riesgos, las normas de seguridad, las prácticas de trabajo seguro, los procedimientos de trabajo seguro. Estos conocimientos suelen adquirirse mediante las formaciones de SST, señaladas anteriormente.

• Tener “inteligencia práctica” se correspondería con tener inteligencia del riesgo: la capacidad de observar e interpretar correctamente un lugar de trabajo, un riesgo o una situación cambiante o variable y desempeñar la tarea encomendada en esa situación sin incidentes, ni daños a la salud. Esta habilidad esta íntimamente relacionada con la capacidad de llevar  a la práctica los conocimientos adquiridos durante el aprendizaje y la formación, y a su vez, permite construir nuevos conocimientos y  aprendizajes.

La buena noticia, es que la inteligencia de riesgo esta constituida por una serie de habilidades que se pueden enseñar, practicar y adquirir. Las cuatro principales habilidades son:

• Conciencia de SST.

Además de los conocimientos sobre SST, las personas necesitan disponer y mantener activa una cierta conciencia sobre la SST y los riesgos en el trabajo. Las actividades formativas de concienciación y sensibilización en cultura preventiva, que  hemos diseñado y venimos impartiendo desde Osarten, ayudan en esta línea.

• Planificación del trabajo.

Las personas necesitan adquirir la habilidad de planificar el trabajo, antes del trabajo, pero también durante la ejecución de las tareas. Las tareas cambian y el entorno cambia. Hay diferencias entre el trabajo prescrita y entre la actividad real.  La persona toma decisiones para llevar la atarea delante de forma segura y saludable. Para que esto ocurra, así la planificación del trabajo es fundamental.

• Feed-back entre iguales.

La comunicación es fundamental, especialmente en el trabajo en equipo. Es importante poder hablar entre compañeros. Hay estudios que demuestran que la rendición de cuentas entre compañeros es un indicador proactivo excelente de los resultados en seguridad. Las personas deben saber cómo, cuándo y con quienes hablar de seguridad.

• Permanecer incómodo.

En la experiencia de las personas, lo habitual es no accidentarse, a pesar de exponerse a riesgos. Esto suele tener como efecto que, en la convivencia con los riesgos del trabajo, la atención y la tensión se relajen, al tiempo que se relajan la aplicación de las medidas de seguridad y los comportamientos seguros. Por ello, es interesante no caer en la complacencia y mantener o permanecer en un estado «cómodamente incómodo» o «incómodamente cómodo» ante los riesgos en el trabajo que no nos bloquee ni entorpezca nuestras capacidades pero que nos permita mantener una atención y una tensión positiva que nos permita identificar las situaciones de riesgo y actuar adecuadamente.

Las acciones encaminadas a desarrollar la inteligencia del riesgo y, en particular, la sensibilización en cultura preventiva son fundamentales para que las personas estén  orientadas para aplicar los conocimientos en SST en el día  a día. Si quieres empezar a transformar la cultura preventiva de tu empresa, una de las primeras actuaciones podría ser la sensibilización dirigida a todas las funciones, desde dirección hasta el último estudiante en prácticas que haya ingresado en la organización.

Osarten dispone de programas de sensibilización para trabajadores, mandos intermedios y directores. No dudes en contactar con mi compañero Martín Silva (674966441; msilva@osarten.com) o conmigo mismo (Igor López (619288048; iglopez@osarten.com) y te podremos ayudar en la implantación de estos programas en tu organización.

Para saber más:

(1) Malcom Gladwell. Outliers, The Story of Success. Ed. Little, Brown & Company. 2008.

(2) En este enlace tienes un video-resumen del libro.