Seguridad y autoridad: influencia en la cultura preventiva
En este post voy a a hablar de autoridad; no de Autoridad. Siguiendo con la serie de publicaciones centradas en las habilidades de influencia y persuasión para fomentar los comportamientos seguros y saludables, en este post vamos a ver cómo la autoridad de una persona influye en los comportamientos seguros y la cultura preventiva de la organización.
Algunas personas tienen un sentido de obediencia hacia la autoridad muy arraigado. Así en ocasiones podemos encontrarnos ante personas incapaces o con muy poca tendencia a contrariar los deseos o las indicaciones de su responsable. En función de cuáles sean estas indicaciones o cómo sean los deseos que perciba la persona, el comportamiento de ésta va a ser alineado con los comportamientos seguros o va a introducir comportamientos de riesgo en el desempeño de las tareas.
Estos “deseos del jefe” pueden ser peticiones manifiestas (por ejemplo, «necesito de apliques el procedimiento LOTO para intervenir en esta instalación» o inferidas, por ejemplo «hay que poner en marcha esta instalación, sea como sea». En este último ejemplo, una persona puede interpretar que el “sea como sea” incluye dejar los aspectos de seguridad y salud en un segundo o tercer plano, con tal deponer en marcha la instalación.
Autoridad percibida
Las personas no sólo podemos ser influidos o persuadidos por figuras de autoridad, basadas en la esencia de la autoridad, como por los símbolos de autoridad: los títulos, la vestimenta y los paramentos.
- Para adquirir un título, usualmente requiere un periodo de trabajo y dedicación, tras el cual alcanza un título o posición dentro de una organización. Pero también es posible que alguien adopte ese título como etiqueta para recibir una deferencia automática. Existe una relación con el estatus de esa persona.
- La vestimenta es otro símbolo de autoridad: los uniformes, la bata blanca del médico, el traje del ejecutivo, la ropa de trabajo mahón, etc. La ropa actúa como ”el manto de la autoridad”. En función de cómo nos presentemos ante los demás, la vestimenta nos dará un extra de autoridad. Esto va más allá del ejemplo visible que podemos transmitir a una persona trabajadora cuando nos presentamos ante ella haciendo uso de los equipos de protección individual establecidos para el lugar de trabajo en cuestión. Esta estudiado que a las personas que van vestidas con ropa de más calidad, aunque sean camisetas en lugar de camisas, se las juzga como más competentes que a las que llevan ropa de calidad inferior.
- Otros paramentos, pueden ser elementos que sean símbolo de estatus en la organización. Por ejemplo, disponer de coche de empresa, plaza de aparcamiento reservada próxima a la entrada edificio, despacho, etc. Hace no demasiado tiempo visité una empresa donde tenían comedores de empresa diferenciados para «ingenieros y titulados» y para «personal de fabricación». En este caso, en lugar actuar como un símbolo de autoridad, los comedores diferenciados actuaban como un elemento de fractura entre la plantilla y propiciando una cultura de bandos, taller frente a oficinas, con un discurso de nosotros frente a ellos.
El problema de todo esto no radica únicamente en que esta influencia de la autoridad “percibida” actúa sobre las personas, sino que, además, los hace, en muchas ocasiones, sin que nos demos cuenta.
La línea de mando como autoridad
La información que proporciona una autoridad reconocida puede ser un atajo para decidir cómo actuar en una situación determinada.
Seguir los consejos de las personas que son reconocidas como autoridad que saben más que nosotros resulta beneficioso, en parte a su mayor conocimiento y en parte por que controlan las políticas de consecuencias, dicho de otro modo los sistemas de recompensa y castigo.
Por los cargos que ocupan, suelen tener mayor y mejor acceso a la información, y ostentan una posición que les otorga poder de decisión y de ejecución. Por lo tanto, es lógico obedecer los deseos de las autoridades que han accedido al estatus de línea de mando.
El aspecto positivo y negativo de una “obediencia ciega” es que se dé de forma mecánica. Cuando una persona no necesita pensar, habitualmente no piensa, y actúa con el “piloto automático”.
Otra posibilidad que existe es que cuando un miembro de la línea de mando comete un error claro, otra persona de rango o posición inferior en la línea de mando puede no cuestionar la decisión.
En cualquier caso, por norma general, a nadie le gusta que le den órdenes. De forma semejante, por lo general las personas tenemos la tendencia de seguir las recomendaciones de alguien que sabe más que nosotros sobre un determinado asunto.
Figuras de autoridad en seguridad y salud
Pero no siempre es así. No siempre estamos deseosos de seguir las indicaciones de nuestro médico en relación con nuestros hábitos de salud y bienestar con el fin de tener un envejecimiento saludable y gozar de una mejor calidad de vida en nuestra jubilación. No siempre seguimos las indicaciones de las personas del área de Prevención con el fin de que no nos dañemos, evitemos los accidentes y no desarrollemos enfermedades relacionadas con el trabajo. Hay otros elementos que entran en juego de forma simultanea, pero me limitaré en esta ocasión a ver los efectos de la “autoridad”.
Hay personas que por su posición en la organización son percibidas como figuras de autoridad. La Dirección y la Línea de mando son referentes en seguridad y salud. Te recomiendo que leas este post sobre las vivencias en materia de seguridad y salud en el trabajo de personas que ocupan puestos de Dirección. Los miembros del equipo de prevención son referentes en seguridad y salud. Hay trabajadores que son referentes en Prevención. Etc.
Para que esta “autoridad” promueva una cultura preventiva positiva e influya sobre los comportamientos seguros y saludables, debe ser una autoridad creíble. Una autoridad creíble tiene dos características clave: la pericia y la fiabilidad.
- La pericia en SST de las personas con autoridad creíble en prevención hace referencia la calidad de los conocimientos e informaciones que nos transmiten en sus indicaciones o peticiones que nos formulan. Tiene que ver con el éxito o el menor número de errores en sus decisiones y actuaciones que hayan podido tener efectos en la seguridad y salud de las personas.
- La fiabilidad tiene que ver con que estas personas nos dan su conocimiento experto en materia de seguridad y salud de forma honesta e imparcial, intentando transmitir la realidad de forma objetiva y precisa, en lugar de atender otro tipo de intereses.
Pericia y fiabilidad son dos características de las personas que forman parte de los servicios de prevención, que hacen que tanto mandos como trabajadores nos perciban como asesores y consejeros en seguridad y salud.
La mayoría de las veces será un error sustituir las opiniones de un experto, de una autoridad, por otras opiniones menos informadas. Esto se aplica a cualquier tema. Incluida la seguridad y salud en el trabajo. Es importante valorar las credenciales de autoridad, la relevancia de esas credenciales y la competencia de la persona en cuestión en materia de SST. La formación y la puesta en práctica de los conocimientos son clave para que las personas de una organización sean percibidas como figuras de autoridad en SST.
Un experto es una persona cuyas acciones indican que posee un conocimiento superior en SST. Estas acciones son un ejemplo visible, para las personas que trabajan con ellas. Por sus actos las conoceréis.
Si necesitas adquirir conocimientos y habilidades avanzadas en materia de SST, no dudes en contactar conmigo (Igor López (619288048; iglopez@osarten.com) o con mi compañero Martín Silva (674966441; msilva@osarten.com) y te podremos ayudar.
Para saber más:
(1) Cialdini, Robert B. Influencia, la psicología de la persuasión. 2022. Harper Collins.
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