La necesidad de Integración de la SST (2): ¿hasta dónde integrar?

En la práctica, hay diferentes integraciones de la Prevención. Algunas resuelven el “marrón” de la prevención y otras atienden a la necesidad de integrar la PRL para garantizar la seguridad y salud de las personas en el trabajo. La herramienta para la “integración” de la PRL que se plantea es el «plan de prevención de riesgos laborales».

En mi trabajo como consultor, el principal error con que me encuentro es que el plan de prevención se ha elaborado sin una reflexión previa o suficiente con el fin de determinar que necesidades de integración tiene la empresa y el grado de integración necesario que daría respuesta a esas necesidades de integración para garantizar la seguridad y salud de las personas en el trabajo.

La necesidad de integración de la PRL en las áreas y departamentos

La necesidad de integración de PRL tiene que valorarse teniendo en cuenta la naturaleza de las funciones atribuidas y su nivel jerárquico.

Las funciones de cualquier unidad de la empresa (operaciones, producción, logística, ingeniería, compras, mantenimiento, recursos humanos, etc.) que intervenga en las condiciones de trabajo (instalaciones, equipos, herramientas, ambiente, procedimientos, procesos, instrucciones, etc.) o en las condiciones del trabajador (conocimientos, actitudes, formación, información, características personales, etc.) deben revisarse y verificar que se integra la PRL.

La necesidad de integración en cada área será tanto mayor cuanto mayor sea la posible repercusión de la actuación o inacción del área sobre la seguridad y salud de los trabajadores.

La pregunta clave es: ¿en qué medida las decisiones, acciones u omisiones de producción, ingeniería, recursos humanos, mantenimiento, etc. pueden afectar a la seguridad y salud de las personas en el trabajo?

La necesidad de integración de la PRL en la línea de mando

Algo parecido sucede con la integración en la línea de mando. En este caso, a medida que se asciende en la línea de mando la integración se hace más necesaria, pero, a la vez, se reduce a «velar» para que el colaborador conozca y asuma la necesidad de integración y cumpla las exigencias establecidas al respecto.

En relación con la integración en la línea de mando no debemos olvidar las obligaciones en materia preventiva y los poderes y facultades de la línea de mando para realizarlas:

Poder directivo.
Poder presupuestario.
Poder organizativo.
Poder sancionador.

Estos poderes varían en función de la posición de la persona con mando, dentro de la línea jerárquica y de las actividades asignadas a su departamento o área.

La pregunta clave, en este caso, es: ¿en qué medida las decisiones, acciones u omisiones de las personas, ya sean CEO, directores, responsables, encargados, etc. pueden afectar a la seguridad y salud de las personas en el trabajo?

Obviamente, difícilmente se asumirá la integración en un determinado nivel de la línea de mando si es rechazada, menospreciada o simplemente no se ejerce la integración en un nivel jerárquico superior.

¿Cuánto integrar la PRL en la organización?

Una vez definidas las necesidades de integración en cada departamento o área y en cada novel jerárquico, lo siguiente sería determinar hasta cómo debe ser esa integración.

El grado de integración de la PRL en un departamento y/o nivel jerárquico es el grado de autonomía que tiene para desarrollar sus funciones sin tener que pedir la colaboración de las personas del servicio de prevención.

Podemos tener un rango variable de grados de integración, aunque como regla general de “mínimos” la integración de la PRL en un área o departamento encargado de gestionar una determinada actividad (compras, formación, fabricación, etc.) debería incluir:

El control de la correcta ejecución de la actividad, es decir el cumplimiento del procedimiento seguro de trabajo.
La comunicación a las personas de prevención, directamente o a través de la línea de mando de cualquier previsión o cambio, incidente o cualquier otra circunstancia que deba consultársele o necesite conocer para el correcto desempeño de sus funciones, básicamente evaluar los riesgos y o realizar la vigilancia de la salud.

Y aquí empieza el “vértigo” de las personas de prevención. Esa sensación de inseguridad o vahído al “ceder” el control de algunas actividades después del esfuerzo desarrollado “para que me entere de lo que pasa”. Lo entiendo perfectamente, sobre todo cuando ocurre alguna desgracia y la línea de mando, trabajadores, inspectores, fiscales y demás ponen foco en la persona de prevención; parece que se “olvida” la necesidad de integración. Pero de este “olvido” escribiré otro día.

Si buscas mejorar la integración de la PRL en tu empresa o quieres desarrollar la cultura preventiva de tu organización, puedes ponerte en contacto con mi compañero Martín Silva (674966441; msilva@osarten.com) o conmigo (619288048;iglopez@osarten.com)., para ayudarte a integrar la seguridad, salud y bienestar en ella.

Para saber más: