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Cultura preventiva y perspectiva de género 2: La igualdad en el cuidado

Igualdad en el cuidado

He presentado datos en el post anterior (“Cultura preventiva y perspectiva de género 1: Los accidentes tienen género”), sobre accidentes en el lugar de trabajo y en la carretera, que indican una aplastante mayoría de estos en los hombres, frente a las mujeres. Esto no hace sino reforzar mi creciente convencimiento de que una de las razones de fondo, que creo que pasa muy desapercibida y que hace que a las empresas les cueste desarrollar una cultura preventiva positiva, es la falta de igualdad en el cuidado, debido a los roles de género.

El cuidado y los roles de género

En palabras de Alicia H. Puelo (1), el cuidado es preocupación, atención, protección… Es actitud y actividad libre cuando surge del amor por algo o alguien. Pero se valora poco y a menudo, se convierte en una cadena, y así ha sido para las mujeres.

La mayoría de las empresas en las que desarrollo muy labor son industriales y tienen una alta masculinización en los ámbitos productivos y también de Dirección y mando.

Aún a riesgo de ser injusto, creo que cuesta encontrar hombres que realmente se cuiden a sí mismos y cuiden a los demás. Y este es el pilar de la cultura preventiva.

Esto es una consecuencia de los roles y normas sociales de género, que han favorecido el florecimiento de la empatía, la compasión, y el cuidado atento en las mujeres porque eran funcionales para las tareas del cuidado que se les encomendaban y, por el contrario, generalmente, han reprimido estas capacidades en los hombres. Esto no significa, por supuesto, que todas las mujeres sean empáticas y compasivas. (A.H.Puleo 2019).

Se trata del autocuidado en todos los ámbitos

Igualdad en el trabajo. Cultura preventiva

No se trata solo de que los hombres tengan menos accidentes, y que aprendan a auto cuidarse más en su seguridad y su salud física. Sino que también se trata de que aprendan a cuidar su salud mental y emocional. Expresar sus sentimientos sin dañar a los demás, resolver los conflictos constructivamente, trabajarse sus propias creencias y patrones limitadores y aprender a cuidar a los demás. Todo ellos valores y habilidades que sustentan una cultura preventiva positiva.

Es un trabajo enorme y que las mujeres están haciendo. Porque cada vez más, quieren cambiar su situación y esto es la motivación principal. Es claro que están siendo muy conscientes del valor que tiene para el sistema, cuidarse y cuidar las relaciones, pero sin que sea la carga que ha venido siendo para ellas.

Y los hombres, ¿están dispuestos a cambiar?

Enseñando igualdad

Acumulo experiencia desde hace muchos años de participar en formaciones, grupos, terapias, en los que se busca un mayor bienestar personal y relacional, se hace autocrítica e introspección amorosa, se trabaja para ser mejor persona, se adentra en las propias emociones, creencias y patrones, se aprenden formas de avanzar en el desarrollo personal, tanto de mente, cuerpo y espíritu. He de decir que en estos foros de crecimiento interior, de autocuidado, en los que vengo participando, están presentes mayoritariamente las mujeres, frente a los hombres.

Para dar ejemplos concretos, actualmente participo en clases de yoga, en grupos de comunicación no violenta, en círculos de escucha, y algunos otros, y en todos, la mayoría son mujeres. Incluso en alguno de ellos soy el único hombre. Esto me ha pasado desde que empecé. Y me suelo preguntar ¿Dónde están los hombres?

Son otros los foros en los que me encuentro lo contrario, que los hombres sean mayoría. Deporte, cultura, etc.

Como dice Coral Herrera (2) a la mayoría de los hombres se nos ha educado para recibir cuidados y no para dárnoslos a nosotros y a los demás. Yo reconozco que esto ha ocurrido en mi educación. He vivido mucho entre mujeres. Mi abuela, mi madre, mis hermanas. Soy consciente de cómo se me asignaban tareas diferentes por el sexo. Veía como me negaban hacer tareas de cuidado de los demás, porque no era propio de mi género. Hasta tal punto estaba asumido. Ya que a la mayoría de las mujeres se les ha educado para cuidar a los demás.

¿Es la igualdad una de las claves para desarrollar la cultura preventiva?

Igualdad. Trabajando juntos de igual a igual

Como vemos es difícil, desarrollar la cultura preventiva si el valor del cuidado está diezmado por los patrones que han definido los roles de género, sembrando la desigualdad.

Pero, ¿de qué igualdad hablamos?

La igualdad no ha de tomarse como un concepto descriptivo, sino como un principio para las relaciones. Los seres humanos no somos iguales, y por tanto la igualdad parece que no tendría sentido. Pero si tenemos diferencias en nuestros derechos, privilegios, y roles impuestos por razón de género. Por lo que la igualdad se refiere a la dignidad y los derechos.

Las mujeres han emprendido ya un camino, y ahora creo que es muy importante que los hombres también revisemos nuestro rol, de forma que nuestras relaciones sean más igualitarias, y que aprendamos a cuidarnos, porque sintamos que es un valor.

Los valores que sustentan la cultura preventiva positiva y el estilo de liderazgo que la hace desarrollarse, entroncan con los del proyecto de transformación social que quiere revalorizar las actitudes de cuidado y que yo reconozco como feminismo. En el que las conductas de empatía y cuidado atento son sumamente valiosas, desde la libertad.

¿Buscas un bienestar sostenible para tu organización?

 

En Osarten podemos prestarte nuestra colaboración para trabajar codo con codo en el desarrollo de la cultura preventiva. Si es así no dudes en contactar con mi compañero Igor López (619288048; iglopez@osarten.com) o conmigo mismo  Martín Silva (674966441; msilva@osarten.com).

Referencias

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