Las creencias sobre la identidad: un hueso duro de roer
Estamos ante un tipo de creencias que siendo fundamentales y necesarias pueden suponer grandes limitaciones. Sobre todo porque resultan muy difíciles de cambiar. Un ejemplo evidente y exagerado, aunque sea ficción ingeniosa, lo tenemos en Don Quijote. Cuyas creencias sobre la identidad le convirtieron en un supuesto caballero andante que veía y sentía cosas que ningún otro compartía. Veamos también como las creencias sobre la identidad impactan enormemente en las dificultades de cambio de comportamientos inseguros y de riesgo.
En el post anterior (Los tres tipos de creencias que afectan a los comportamientos en seguridad y salud) abordé dos de los tres tipos de creencias que plantea R.Dilts, y que podemos ver que afectan al cambio de comportamientos en seguridad y salud. En este post abordo el último tipo de creencias, que son las creencias sobre la identidad.
Creencias sobre la identidad.
Hay que tener en cuenta que la identidad es lo que nos define, los que nos da un yo propio, lo que nos hace ser alguien ante el mundo, y lo que establece lo que podemos y queremos hacer, y lo que no.
Cada vez que nos piden que nos presentemos, nos definimos. Verbalmente se puede observar con facilidad cuando utilizamos la expresión “yo soy…” Lo interesante es que la identidad con la que cada cual se define, determina el marco en el que nuestras decisiones y acciones se establecen. Y a la vez son los límites de lo que no somos y por tanto de las decisiones y comportamientos que no entran en nuestra identidad.
Por ejemplo si alguien se define diciendo “yo soy muy trabajador”, seguramente sus comportamientos mostraran que no se asusta por el trabajo, ni por la cantidad de este. Seguramente se responsabiliza de hacer las cosas. Tiene claro que ha de terminar los trabajos, etc.
Si alguien se define como una persona tímida, habrá cosas que no querrá hacer. Podría ser hablar en grupo, destacar, mantener una conversación en la que se encuentre relajado, asumir algún protagonismo, etc. Seguramente serán cosas que no puede hacer porque no corresponden a su identidad. Quizás fuera lo contrario para alguien que se define como extrovertido y social.
Por tanto, cuando una persona habla de quién es, expresa sus creencias, se define a sí misma. Expresamos los límites que se pone como persona. Por ejemplo, una persona que se define a sí mismo dice:” soy muy callado”, “soy alegre”, “soy poco inteligente”, “soy un caballero”, “soy un mujeriego”, “soy un aventurero”, “soy muy seguro”, “soy saludable”, “soy débil”, “soy deportista”, etc.
Todas estas afirmaciones son creencias acerca de la identidad y engloban la causa principal por la que hacemos o no hacemos algo, el significado que le damos a ser de una determinada manera y establecen los límites de lo que somos, de nuestras capacidades y posibilidades, y por tanto de lo que no somos, y para lo que no estamos capacitados y lo que no podemos hacer.
Yo soy así
Estamos verdaderamente convencidos que esto lo traemos de “fábrica”, y que no se puede cambiar. Va con nosotros, con nuestros genes, con nuestra personalidad y así seremos siempre. Me acuerdo de un trabajador que tenía un comportamiento inseguro en una línea de mecanizado y decía, “que más quisiera yo que cambiar y hacerlo de otra manera, pero es que yo soy así, y no puedo”, y repetía “qué más quisiera”.
Existen muchas creencias que definen la identidad y que afectan a la dificultad a cambiar comportamientos inseguros y poco saludables.
Estas preguntas pueden ayudar a identificarlas: ¿Cuál es la causa de que tengas comportamientos de riesgo, actos que no siguen las normas y procedimientos de seguridad? ¿Qué significan esos comportamientos? .
¿Cuáles son los límites que tú te marcas personalmente para tu seguridad y salud? ¿Cuáles son las cosas que puedes o no puedes hacer para cuidarte? ¿Las que estás o no estás dispuesto a hacer?. ¿Cómo te defines, que tipo de persona eres, para que no creas que tienes que cambiar? ¿Eres una persona segura, eres alguien experto que sabe cuando corre o no un riesgo?.
¿Te consideras una persona despistada? ¿Eres una persona autónoma que toma sus propias decisiones de cómo hacer las cosas?
Definir a los otros
Una forma de entender nuestra identidad es darnos cuenta de cómo definimos a los demás por sus comportamientos. Que identidad les otorgamos. ¿Qué tipo de persona es la que sigue las normas de seguridad? ¿La que cumple con las normas de uso de epis? ¿La que mira más por su seguridad y salud que por el trabajo? ¿La que protesta una y otra vez porque no se le hace caso a las mejoras que propone en seguridad?
A menudo estas creencias pueden ser el obstáculo mayor para cambiar los comportamientos. Primero porque nuestra identidad es lo más sagrado que tenemos, si la perdemos no somos nada. Y segundo porque frecuentemente no somos conscientes de este tipo de creencias, ya que al creerlas no las cuestionamos. Además de que están bien guardadas en nuestra mente subconsciente.
El sentir la identidad amenazada es el obstáculo mayor para el cambio. Ya que cambiar las creencias sobre la identidad significa que de algún modo te tendrás que convertir en una persona distinta, con otra identidad. Por ejemplo en una que sea capaz de hacer algo que no ha hecho hasta ahora, o que puede cambiar, o que piensa que ser precavido le da fortaleza, en lugar de hacerle débil, etc.
Es decir, pensará de forma distinta. Que se definirá ante los demás de forma distinta y que actuará de forma distinta. Esto, no es fácil de asumir.
Creencias sobre la identidad y accidentes
Hay creencias sobre la identidad que pueden llevar a sufrir accidentes y enfermedades profesionales.
Conocí a una persona que tenía una creencia sobre su identidad que le llevó a situaciones de riesgo importantes. Su creencia tenía que ver con ser una persona de una austeridad casi extrema. Se vanagloriaba de utilizar las cosas hasta que ya no se podía sacar más de ellas, hasta el límite y un poco más. Le parecía un gran ahorro. No voy a juzgar esta creencia, puede ser útil en unos contextos y todo lo contrario en otros. La cuestión es que la persona no era consciente de ella y por tanto esta creencia inconsciente, estaba actuando en todos los contextos des su vida.
En el trabajo, por ejemplo, le hacía no querer cambiar de ropa de trabajo y de protección hasta que no estaba en unas condiciones deplorables, ya que la ropa y equipos nuevos para el significaba un derroche, etc. Lo mismo ocurría con los medios de trabajo, los aprovechaba hasta los límites, incluso manipulándolos para no cambiarlos, y que esto supusiera un gasto, un derroche, según su creencia. Siempre le veía todavía posibilidades de uso antes que cambiar. Esta persona trabajaba en la sección de mantenimiento.
Un día examinando el cable que se utilizaba en una grúa de 50T que manejaba piezas de gran tamaño y peso, decidió que aunque tenía algún hilo roto, todavía se podía utilizar, la experiencia así se lo decía, y así evitaba un derroche de dinero sin estar, en su creencia, justificado. La grúa siguió funcionando y esa misma noche, a las pocas horas de la revisión, el cable se partió cuando colgaba de él una pieza de 25 toneladas. La pieza cayó al suelo.
Afortunadamente no lesionó a ninguno de los trabajadores que se encontraban en las proximidades. Se rompieron varios elementos de la pieza, se produjeron torceduras en la misma, etc. El coste económico que supuso la pérdida de dicha pieza fue enorme, y el coste humano podría haber sido muchísimo mayor.
El impacto emocional de la persona fue enorme. Se dio cuenta de que evitar lo que para él era un derroche, porque era una persona ahorradora, cambiando un cable, supuso una pérdida extraordinariamente mayor y que potencialmente podría haber sido gravísima, si hubiera alguna persona involucrada. A partir de aquí comenzó a cambiar su creencia, al menos en lo relativo al significado de lo que es una persona austera, ampliando los límites de lo que podía hacer, cuando puede estar en juego pérdidas mayores, como es la vida.
Si te preguntasen que te definieses en el ámbito de la seguridad, la salud y el bienestar con preguntas como ¿Qué tipo de persona eres en el aspecto del cuidado? ¿De las normas de seguridad? ¿Respecto de los riesgos?, etc. ¿Qué dirías?
El próximo post será el último de esta serie sobre las creencias y abordaré la forma de cambiarlas.
Si te apetece, te espero en el próximo.
En Osarten podemos prestarte nuestra colaboración para trabajar codo con codo en transformar las creencias limitantes en seguridad y salud y así desarrollar la cultura preventiva. Si es así no dudes en contactar con mi compañero Igor López (619288048; iglopez@osarten.com) o conmigo mismo Martín Silva (674966441; msilva@osarten.com).
Referencias:
Robert Dilts. Investigador, autor, formador y consultor de Programación Neurolingüística (PNL) desde 1974.
Autor de “Identificación y cambio de Creencias”. Editado por Urano (1999).
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Cómo te cuidas, refleja tus creencias
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